¿Por qué Risoterapia?

La Risoterapia, una terapia desconocida, incomprendida, atrevida, un reto. La gente lo analiza, la cuestiona, le aparta, la teme o la sigue.

¿Quién la desconoce pregunta qué se hace? O le da intriga o le da miedo. Quien la conoce, depende de su vivencia o momento de vida, estado, la quiere controlar mentalmente o dice: “ahora ya sé qué es, no estoy preparado o no quiero más”

A menos que realmente hayas podido dejar el pensamiento, imbuirte en ti y el juego, explorar y en casos en los que se ha hecho un clic y se ha producido desbloqueo, cambios, se ha celebrado, continuado y recomendado.

Desde mi puesto de monitora de grupos y la observación, sólo puedo congratularme de los logros de los participantes, invitar a experimentar para que confíe y creer en su potencial, sin convencer a nadie, ni empujar, ni vender nada como lo mejor, ni panaceas.

Es una herramienta que mueve y a veces conmueve. Quien atraviesa la línea de confort hacía encontrarse a sí mismo, mostrarse, da un paso hacia Ser auténtico, deja de lado las vergüenzas, miedos, incertidumbre, inseguridad que mostrar la vulnerabilidad supone, y arriesga en bien de él mismo.

El Riure franc és seriós, és la connexió amb la pròpia Divinitat des de l’alegria. Fusió d’Humor i Amor, no són paraules, són fets, quan aquesta alquímia es produeix ni que sigui per uns segons, la persona obre una porta que sap que existeix i és totalment seva la llibertat d’entrar i seguir avançant o estancar-se.

A menudo la máscara del “no estoy preparado” o la excusa del “no puedo compartir la risa” viene dada por la confusión.

En Risoterapia uno no va a evadirse, como quien ve una comedia, al contrario, va a reflejarse, allí, no se ven risas fáciles, ji jis y jajas vacíos y banales, nadie se ríe de nadie y se abraza todo estado.

La risa y el humor no entienden de control y eso desmonta esquemas ya la persona. El otro día en una conversación me decían: “hay quien cada cosa que dice, ríe y eso molesta, es exagerado, no hace falta, creo que es falso” yo no sabría decir cuándo de auténtico hay, pero está claro que cuando algo molesta, algo nos dice de nosotros mismos. El control, aquí sí, aquí, no, ahora sí ahora no, poco, mucho, cómo, cuándo, con quien, nos ha hecho mucho daño, nos automatiza y claro, continuaba la conversación; “reír entre amigos, en una cena, el domingo….” y yo me planteo, ¿cuándo y cómo sale la risa auténtica pues si la reprimimos en todo momento?

Los adultos hemos perdido la risa espontánea del niño, y por el camino, la alegría, la espontaneidad, el entusiasmo, la autenticidad con tantas otras cosas.

La Risa no es rígida, explota como el cava al abrir un tapón, o un orgasmo.

La propia Risa es una vía de desbloqueo y una herramienta de retorno a uno, de recuerdo de esencia que nos sitúa en el Presente, en el Ahora y en Cómo Soy, Quien Soy y Qué quiero.

Profundo camino de Espiritualidad, de Conciencia. Por eso yo misma desde la experiencia, he cruzado todas las etapas, desde mi seriedad, rigidez, enfermedad, bloqueo, negatividad al descubrimiento del Poder de la Risa como terapia y formarme para conocer más de cerca.
A dudar de ella por el poco poder de convocatoria que despierta, reafirma y constata en los resultados que es potente y mágica, como el camino amoroso que me conecta con el mostrarme y acompañar, lo ofrezco y expando desde este Sentir.

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