HABLEMOS DE SEXUALIDAD: ¿Te provoco AMOR? o ¿Te provoco, AMOR?

Una coma lo cambia todo.

¿Podemos contemplar nuestra sexualidad integrada y no desligada como si Fuera una parte extra de la persona?

¿Podemos hablar de sexo sin que parezca que hablamos de un extra como quien habla de películas, de fútbol ​​o de aficiones externas a nosotros?

¿Podemos sentir y otorgar a la sexualidad el lugar que le corresponde en nuestro cuerpo y en nuestra mente, emoción y energía e incluso la espiritualidad?

¿Podemos sanar las heridas, traumas personales, individuales y colectivos limpiándole la imagen, la carga y eximiéndose de la densidad, otorgándole la ligereza, espontaneidad, belleza y poder transformador y progresivo que tiene?

Nacimiento sagrado, devolver el concepto sagrado que le corresponde, sin velo, ni oscuridad ni pedestales.

¿Sabemos darle presencia, vitalidad o todavía nos atascamos?

¿A nivel individual te sientes completo/a?

¿A nivel compartido crees que sabes que quieres, sabes los límites, sabes expresarlo, puedes o sabes disfrutarlo?

Y sin entrar en detalles, en orgasmos, modos, posturas, aficiones, fantasías, orientación, pornografía, eyaculación femenina y un largo etcétera ….

¿Crees que tu sexo se localiza en los genitales solamente? ¿O sabes que todo tu cuerpo dispone del mecanismo de energía generadora sexual? El placer que otorga la piel todo el placer que se descentraliza del foco genital- tensión y se esparce generando éxtasis mantenido a diferencia la fricción. Y la presencia, la respiración, la energía propia bien compartida es una fuente de creatividad, creando estados de conciencia, que acercan a la lucidez, a veces llamada divinidad.

Y como no mencionar desde donde nos propulsamos, ¿dejamos intervenir el corazón?, la combinación resultante:
¿Te provoco AMOR, AMOR?

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