Mujer, madre y abuela joven. De la inquietud por crecer y evolucionar, he vivido un camino del que no se vuelve atrás, que es el de la conciencia y su recorrido.
Es el momento de expandir y compartir con el mundo, los hallazgos, herramientas, y recuerdos de lo que nos es innato, sagrado y nos pertenece: la espiritualidad, el vivir sano, la risa, la alegría y la paz interna de quien sabe que la serenidad existe dentro de nosotros y no es un lugar donde recluirse y protegerse, sino el estado puro que invita desde el interior a convivir con el exterior.